Sobre los Jardaan, no se qué pensar, parece que se dedican a seleccionar unos planetas, modificarlos para hacerlos habitables y luego diseñar un prototipo orgánico que los ocupe.Todo con máquinas, así que "arquitectos de la vida"'?? (al Arconte le va el drama)... pero fabricantes a la postre.
Lo definitivo es la finalidad de su actuación. Ryder se lo pregunta. A sus enemigos está claro que no les gusta lo que hacen. ¿Podría ser otra vez la lucha de sintéticos contra orgánicos por el control definitivo del universo conocido?, ¿discrepancias en el seno de los Janaar?, ¿desacuerdo en cómo utilizan sus conocimientos por parte de quienes se los hubieran enseñado?
Esto de fabricar gente directamente con un modelo concreto, jo,... tiene un punto de chulería, de abuso, alguien que no es más que tú, te diseña, te ensaya, produce el modelo definitivo y luego... se oculta... esperando y vigilando( el primer sabio de Mithrava cuenta que antes de La Miasma los angaras se sentían observados).Me alegré cuando Jaal dijo que no les debían nada los Angaras a los Jardaan, ¡efectivamente! y que eran dueños de su propio destino, eso... a medias...en el fondo esa independencia tiene sus matices; en la producción de los Angaras hay ya una determinación, no son el resultado de un principio vital que evoluciona con un cierto grado de azar y dependiendo de la propia evolución del entorno, sino un producto acabado con unas características concretas como la bioelectricidad. Y cuando fabricas es para conseguir algo...
Para mí el fin jamás justifica los medios, mira los Krogan, que siempre acaban siendo tratados como cosas, es una vergüenza que viajaran en la bodega de carga del Nexus como cuenta un comerciante krogan en Nueva Tuchanka. Una de las mejores satisfacciones del juego fue, que cuando por lealtad a Drack salve sus exploradores, éste me dijera que por primera vez los krogan habían sido tratados como algo más que carne bruta para la guerra. Me lleno el corazón.
Lo definitivo pues, será saber el por qué y el para qué de las máquinas relictas. De momento, somos nosotros los que padecemos La Miasma y ellos se han largado. Más les vale que tengan una buena justificación.